Mi pedacito de cielo

Mi pedacito de cielo
veris.cullen

jueves, 29 de noviembre de 2012

MPDC 2


Capítulo beteado por Annabella Giovannetti.
Beta FFTH

Capítulo 2



Edward Pov

¡Wow! En dos meses cumpliría cinco años con Tanya, no lo puedo creer. Apenas llevamos 2 años viviendo juntos pero ella es la mujer de mi vida; es una nutrióloga muy hermosa, inteligente, muy cariñosa y muy… buena en la cama.
Jamás pensé que nuestra relación fuese posible porque desde que la vi supe que era una diosa inalcanzable que me atrajo mucho, pero, por un milagro, a ella le guste también, y aquí estamos, con casi cinco años queriéndonos. Soy muy feliz, aunque claro, mi felicidad es completa gracias a mi familia, mis amigos y mi Bella, la que por cierto he notado muy rara últimamente, parece que algo la tiene muy triste, puede ser que esté afectada por su reciente ruptura con el imbécil de James, la verdad es que no entiendo como es que Bella se va a liar con alguien como él. Ella se merece solo lo mejor, nada menos, mi Bella es un ángel caído del cielo… es una persona tan dulce, tierna, sensible, amorosa, bondadosa, ¡Dios podría pasarme horas describiéndola!, la adoro demasiado y por esa razón odio que cualquier imbécil la lastime. Hoy hablaré con ella y aclararé esto de una vez, ¡si ese, o cualquier otro imbécil, perturba su paz y alegría lo pagara muy caro!
Fui a mi consultorio y atendí a mis pacientes, la verdad es que adoraba mi trabajo pero el asunto que tenia con Bella me tenia muy ansioso, así q apenas termine mis consultas fui directo al tercer piso al área de pediatría para ver a mi Bella.
La puerta estaba medio abierta y la vi recogiendo sus cosas de manera distraída y con su ceño fruncido, cosa que no me gustó para nada, así que decidí cambiarle un poquito el genio
— ¡Buu!
—Oye, me asustaste.
—Ja, ja, ja… ese era el plan.
Dios al parecer sí que estaba distraída por lo que sin poder controlarlo solté una carajada, y no podía para de reír. Me observó con los ojos entrecerrados. Oh no me la iba a devolver; eso es seguro.
—Muy gracioso, vamos a ver si te sigues riendo luego de esto —entonces comenzó a hacerme cosquillas, hasta que me fue casi imposible respirar.
—Bas… ta… ja, ja. Por fa… vor, pa… ra, ¡para! Ja, ja… por favor, me rin… doo
Gracias Dios por fin se detuvo.
— ¿Lo ves? No es tan gracioso cuando tú eres la victima —si que suele ser muy vengativa, estaba tratando de respirar normalmente cuando escuche a alguien.
— ¿Ya terminaron de jugar?
—Hola, Tanya. – dijo Bella.
—Hola, Edward, ¿vamos o te quedas? Tengo hambre y mi turno empieza dentro de una hora.
—Hmm, lo siento, Tanya. Necesito hablar con Bella, discúlpame, por favor.
Ella se dio media vuelta y se marchó.
— ¿Qué le pasa? —Pregunto Bella.
—Ni idea. Aunque creo que es debido a que quería hablar sobre algo… Hmm, no lo sé. En fin, tengo que hablar contigo de algo muy serio.
—Claro, dime.
— ¿Qué te parece si vamos a almorzar y lo hablamos mientras comemos? —Seria muy incomodo hablar ahí con ella, además era tarde y sabía que tenía hambre, igual que yo.
—Ok. Entonces vamos al restaurante de siempre.
Nos dirigimos hacia un restaurante que frecuentábamos desde hacia años "Theknibals", y pedimos nuestras ordenes de siempre.
—Bueno, tú dirás —sabia que la única forma que me dijera lo que le pasaba era siendo directo, así que eso hice.
—Sé que odias las indirectas y que me ande por las ramas así que iré directo al grano. En primer lugar quiero que sepas que te conozco como la palma de mi mano así que sé perfectamente cuando te pasa algo… me gustaría que confiaras en mí y me dijeras qué ocurre. Hace unos meses que te noto muy rara; sonríes, pero el brillo que caracteriza tus ojos ya no es el de siempre. Hay algo que te preocupa, cariño, dímelo, por favor...
La vi pensar lo que iba a decir, al parecer se trataba de algo muy delicado… o peor de lo había imaginado.
—Edward, yo… —se quedó callada nuevamente.
—Cariño, ¿no confías en mí? —solo el decirlo me dolió mucho— ¿Qué pasa? Solo quiero ayudarte, pequeña. No me gusta verte mal.
Me vio directo a los ojos y luego inspiró profundamente.
—Edward, en realidad no lo sé muy bien… y no se si lo entiendas. Tengo todo lo que siempre he querido pero, siento que algo me falta, algo que no me deja ser feliz. Dime loca o que me ahogo en un vaso de agua pero, no lo sé… —la verdad, me dejó más confundido que al principio.
—Siempre lo he dicho, las mujeres sí que son complicadas. Pero, créeme, pequeña, tú siempre te has llevado los honores.
Mi miró feo y me reí por su expresión, no quería faltarle al respeto pero estaba realmente nervioso.
—Ja, já. Lo siento, cariño, es que los conflictos internos si que son raros, pero dime ¿desde cuando empezó esto?
—La verdad, no lo sé. Al llegar a casa me siento, muy sola… sé que tengo a mi familia y a ustedes, pero no sé, siento que el tiempo pasa y no he hecho nada que sea verdadero o que tenga un significado real para mi. Sí, tengo un trabajo al que adoro, unos paciente que son mi gran pasión, pero… Adoro a esos niños pero creo que ellos no me necesitan tanto, siento que existen niños que me necesitan más que ellos. Creo que aquí no soy de tanta utilidad como seria en otro lugar —la vi intensamente, no lo podía creer, cuando la comparaba con un ángel era quedarme corto.
¡Esta mujer es maravillosa! agradecí enormemente tenerla junto a mi, y yo pensando que sufría por ese imbécil, mi preciosa Bella jamás terminare de conocer el tamaño y valía de su tierno y dulce corazón.
—Sabes que te adoro, ¿verdad?
Ella solo suspiró.
—Y yo a ti tonto —sonrió, me encantaba su sonrisa un ángel como ella jamás debe dejar de hacerlo, ilumina todo el planeta con ella.
—Siempre supe que eras muy especial, pequeña, y sé que nunca estuve equivocado… pero hagamos algo, por qué no te tomas unas vacaciones o ¡ya sé! ¿Qué te parece escaparnos este sábado por ahí?, ya sabes… ver pelis, comer helado, ir al parque... yo que sé. Así tratamos de buscar una solución entre los dos.
— ¿Ya te dije que te adoro? – fingí pensarlo.
—Pues, creo que no.
—Entonces… lo súper adoro, mi hermano adoptivo favorito.
—Y yo a ti, mi hermanita bipolar.
Y esa es la verdad, la adoraba y haría todo lo posible, y hasta lo imposible, por ayudarla a encontrar lo que le faltaba para verla feliz siempre.
Luego de salir del restaurante fuimos a la casa de Bella y pasamos la tarde juntos hablando de todo y nada a la vez, como lo hacíamos cuando teníamos tiempo libre. Cuando oscureció, me dirigí mi casa, pensando en como ayudar a Bella; entré y me encontré con Tanya sentada, esperándome.
Al parecer estaba de mal genio.
—Hola, preciosa ¿Cómo estas? —Me incliné para besarla, pero se apartó inmediatamente.
¡Rayos, si que estaba de malas!
—Ningún "hola" Edward, ¿se puede saber por qué llegas a esta hora? —vi mi reloj y eran las siete y media, la miré confundido.
— ¿Qué pasa? No son ni las ocho —me envío dardos con la mirada.
— ¿No son ni las ocho? Saliste a las dos de la tarde y llegas recién a casa, ¿dónde estuviste toda la tarde?
¡Oh, no! Aquí vamos otra vez.
— Tanya, en primer lugar, tranquilízate. No he estado haciendo nada malo; pasé toda la tarde charlando con Bella… si no me crees, llama y pregúntale —Al parecer eso la enfureció aun más.
Se dio la vuelta y se marchó a la cocina, obviamente la seguí… no me gustaba que estuviera enojada.
—Preciosa, de verdad, no he estado haciendo nada malo —se giró bruscamente y me vio.
—Mira, yo creo que ya va siendo hora que queden claras tus prioridades —puso las manos en sus caderas
— ¿De que estas hablando Tanya?
—De eso, siempre me dejas para después. Me colocas al final de tu lista de prioridades, si no es tu trabajo es Isabella, o tu familia o tus amigos ¿y yo? ¿Por qué nunca soy tu prioridad? —se llevó las manos al rostro y comenzó a llorar.
Ciertamente, me pareció que exageró un poco, pero detestaba verla así, por lo cual la abrace.
—Lo siento, preciosa. De verdad, lo siento, nunca fue mi intención hacerte sentir así… yo te quiero y mucho,
—Pues al parecer no es suficiente. Llevamos casi cinco años juntos y lo mas lejos a lo que hemos llegado en nuestra relación es a vivir juntos, nunca has dado siquiera indicios de que quieras que lo nuestro sea mas formal, jamás has tocado al menos el tema de casarnos o comprometernos.
—Tanya te voy a ser sincero, no se si estoy listo aun para casarme… pero créeme, te quiero con toda mi alma.
—Siempre es lo mismo. ¿Sabes?, siempre soñé con encontrar a mi príncipe azul, casarme, vivir con él, tener hijos… —se quedó callada.
—De verdad, lo siento. No quiero lastimarte, pero no estoy preparado para serlo aun, tal vez en un futuro cercano…- vi un rayo de esperanza cruzar por sus ojos
— ¿De verdad?
—Sí, quiero estar seguro de que estoy preparado, no antes.
Lo pensó un momento.
—Esta bien, con eso me conformo —su mirada siguió triste, así que la besé con pasión y la llevé a nuestra habitación.
Quería que se relajara y distraerla, sé que suena cruel pero quería que dejara de lado el tema del matrimonio; el cual no me era nada agradable… porque era verdad, no me sentía preparado para dar ese paso.
Me desperté muy temprano, mucho antes que la alarma sonara, y me dirigí a mi mini-hp, estaba buscando algo pero no sabía muy bien que, solo tenia un objetivo en mi cabeza, ayudar a Bella.
Estuve unas dos horas buscando hasta qué… ¡Eureka!
"Se buscan voluntarios para campaña en contra de la desnutrición en Seattle." Genial sabía que eso le encantaría… me moría por contárselo.
Después de eso, me di una ducha y salí directo al hospital.


No hay comentarios:

Publicar un comentario