Mi pedacito de cielo

Mi pedacito de cielo
veris.cullen

jueves, 29 de noviembre de 2012

MPDC 5



CAPITULO 5

Un mes después

POV BELLA


Me encantaban estas brigadas, la primera que realizamos no tuvimos mucho trabajo que realizar sin embargo nos ayudo a adaptarnos al protocolo que debíamos realizar. Hace dos semanas nos enviaron a Colombia, cerca de la fronteras al parecer esa zona estaba cercana a los campamentos de las FARC sin embargo jamás sentí miedo alguno porque tenia a Edward a mi lado pero si temía que le pasara algo a él, pero gracias a Dios todo salió excelente, habían mucho niños sobretodo pequeños y muchos de ellos tenían cierto grado de desnutrición pero nada grave sin embargo me alegre mucho en poder ayudarles en algo con la medicación y alimentos que entregamos, todos eran personas muy amables y cordiales, que lindo país me enamore de su gente, y aquellos pequeños eran tan adorables.

Según tenía entendido la próxima semana enviarían a un grupo al medio oriente pero aun no sabíamos cual, así que estaba algo impaciente.

Estaba dando vueltas en mi consultorio el cual permanecía algo abandonado desde que estamos de voluntarios, sin embargo para compensar las 2 semanas de ausencia debemos realiza dobles turnos lo cual es muy agotador pero igual ya lo hago feliz de la vida.

-Hola cariño ¿como estas? –pregunto Edward entrando a mi consultorio.

-Hola Ed, muy bien ¿y tu?

-Hmm pues mas o menos

-Porqué, que pasa cariño

-Estoy muy cansado –era verdad se le notaban las ojeras, y el rostro muy cansado –¡Rayos!

-De verdad lo lamento Edward, sé que por mi culpa tienes que hacer turnos dobles, si a mi no se- me corto inmediatamente colocando un dedo en mis labios.

-De que hablas pequeña, sabes que te adoro y procurare cuidarte siempre ¿ok?, además yo hago esto por que yo lo deseo y no son los turnos los que me tiene así, yo jamás renegaría de mis pacientes

-Entonces, no entiendo-bajo su mirada y negó con la cabeza

-No te preocupes todo se solucionará

-Edward Cullen en este preciso instante me vas a decir el nombre de la persona que te esta molestando porque se las vera conmigo -me quedo viendo con una sonrisa en su rostro- y bien ¿quien?

-Jajaja tranquila mi adorable fierecita todo esta bien, es solo que…

-Solo que ¿que?

-He tenido problemas con Tanya, ya sabes –al ver sus ojos puede notar mucha tristeza en ello

-Ven acá mi Eddy- lo abrace muy fuerte, le dio un beso en la mejilla luego tome su mano, le quite la bata y lo senté en la silla- ahora solo relájate ¿ok?

-Como Ud. diga jefa- comencé a dar masajes en sus hombros, los cuales estaban demasiado rígidos y tensos.

-Oh Bella me encanta eso que estas haciendo oh- tenia sus ojos cerrados, poco a poco los músculos de sus hombro y cuello se fueron relajando

-Bella…

-Dime

-¿Te han llamado los de las brigadas?

-Nop, se supone que hoy definirían que grupo va a ir, y entonces nos llaman…

-¡Oh!

-¡Hey chicos! con que haciendo cochinadas ¿eh?- y ese era mi querido "hermanito"

-¿Que?-vi que Edward fruncía su ceño al verlo

-Jajaja hay hermanita si se ve a metros las ganas que s… ¡AUCH!- y ahí estaba mi querida cuñada Rosalie- oye por que me agredes- pregunto haciendo un puchero el cual se veía muy gracioso.

-Si no tienes nada bueno que hablar mejor cállate.

-Pero Ross es verdad esos dos- se quedo callado al ver la mirada que le dio Rosalie

-Ellos son adultos y son capaces de tomar sus propias decisiones y si quieren seguir ignorándolo como un par de idiotas es su problema ¡entendido!-¿wtf? Que rayos quiso decir con eso.

-Jajaja – claro Emmett no paraba de reír, y Rosalie estaba ¿sonrojada?

-Eh lo siento- se veía muy apenada, y Edward estaba igual de confundido que yo

-Dios el juntarte con Emmett si que esta afectando Ross, bueno que se les ofrece si se puede saber claro

-Pues veras Eddy este es el consultorio de mi hermanita y pues decidí venir a ver como estaba y me encuentro con que no esta sola si no que esta haciend…-y ahí estaba otra vez esa mirada asesina de Rosalie- que esta ocupada contigo

-Hmm bueno como han estado chicos

-Muy bien Bella gracias, veníamos a invitarlos a cenar mañana a mi casa, voy a hacer una reunión muy especial y obviamente quiero que estén todos presentes sin falta –nos vio a los dos y luego le dio una mirada llena de amor a Emmett, ese par se adoraban

-Claro que estaré ahí sin faltan –respondí

-Hmm cuenten con mi presencia, pero no se si Tanya pueda acompañarme –dijo algo apenado

-¿Problemas con tu noviecita Eddy? –mi hermano era un verdadero imbécil, quería quitarle esa sonrisa de un buen golpe

-Eso a ti no te importa tonto y haz el favor de dejar de burlarte de Edward entendiste o te juro que vas a arrepentir.

-¡Esta bien hermanita! Pero por que siempre lo apoyas y ayudas a él y a mi que soy tu hermanito querido nunca, estoy sospechando que quieres mas a el que a mi, es mas estoy casi seguro-

-Pues créelo ella me quiere mas a mi que a ti y punto –dijo Edward con una sonrisa de suficiencia

-Ya cállense los dos parecen niños –me gire hacia Rosalie- ¿como es que lo soportas?

-De la misma manera en que tu lo haces

-Jajaja –rompimos en risas las dos, mientras que los chicos nos veían ceñudos

-Eddy creo que se están burlando de nosotros

-Yo también lo creo

-Esa tarde paso muy rápido, luego de que Edward me dejara en mi casa, me puse a arreglar todo ya que en realidad no había tenido tiempo de hacerlo en todo el mes, una vez que termine me fui a bañar.

-Beauty queen of only eighteen,
she had some trouble with herself.
He was always there to help her.
She always belonged to someone else.

-I drove for miles and miles
and wound up at your door.
I´ve had you so many times but somehow
I want more.

-I don´t mind spending everyday
out on your corner in the pouring rain.
Look for the girl with the broken smile.
Ask her if she wants to stay awhile
and she will be loved.
She will be loved.

-Tap on my window, knock on my door,
I want to make you feel beautiful.
I know I tend to get so insecure.
It doesn´t matter anymor… –deje de cantar en cuanto escuche el timbre de mi casa, lo cual me pareció muy raro.

-Salí del baño, me seque lo más rápido posible y me coloque una bata encima

-¿Quien es? –pregunte tras la puerta.

-Pequeña ábreme por favor…– ¿que demonios?, abrí inmediatamente

-Edward… ¿que te paso? –el solo me abrazo y se puso a llorar

-Tranquilo cariño todo esta bien, cálmate por favor – ¿estaba borracho?

-Edward tu nunca bebes, ¿porque hueles a licor?

-¿Tu si me quieres verdad pequeña?

-Claro que si tonto – lo abrace aun mas fuerte

-Que tienes cariño, que pasa, dime por favor

-Tu si me quieres, ¡lo sabia! –no pude evitar sonreír ante eso

-¡Claro! como no te voy a querer ¿eh?, si eres tan tierno, dulce yo te adoro eres mi mejor amigo

-Ven tienes que dormir un poco…

-Lo lleve a la habitación de invitados, le saque el saco y la corbata

-¡Que frio!- se veía tan adorable

-Jajaja metete bajo las sabanas –hiso un adorable puchero mientras se sacaba los zapatos.

-Bueno a dormir Eddy – lo arrope y me levante para irme, pero Edward me tomo por sorpresa agarrándome la mano

-No te vayas, quédate a dormir conmigo esta cama esta muy fría, porfa – dijo con voz pastosa

-¡Como podría decirle no con esa cara del gatito de Shrek!

-Esta bien pero déjame ponerme la pijama ¿si?

-Ok pero no ye demores –dijo acomodándose en la cama

-Entonces Salí y me cambie, cuando volví seguía despierto, estaba con la mirada fija al techo, me senté en el extremo de la cama y me quede mirándolo

-En que piensas –dije sin poder aguantarme la intriga

-Discutí con Tanya – eso lo explica todo

-¿Que paso?

-Me dijo que… no la quiero, que soy un pésimo novio, que… todo lo que dijo era cierto soy una basura de ser humano – no lo deje seguir, definitivamente mañana mismo le diría sus dos verdades a esa tipa

-Nunca jamás se te ocurra decir ¡me oíste!

-Soy una pésima persona –no aguante mas me acerque y lo abrace lo mas fuerte posible

-Tu eres el mejor hombre que he conocido, el mas lindo, el mas tierno, dulce –no pude evitar acariciarlo para reconfortarlo –el mejor del mundo ¿ok?

-Lo dices por que me quieres

-Si te adoro, pero no lo digo por eso, lo digo porque es verdad, pero bueno ya es hora dormir ¿si?

-Sip, pero no re vas a ir ¿verdad?

-Nop pero bueno ya, a dormir–lo abrace y nos dormimos como hace tiempo no lo hacíamos

En la mañana desperté con una ligera presión en mi cintura se sentía muy bien, me gire y lo vi su rostro reflejaba tanta paz, que me dio cosas despertarlo así que lo deje seguir durmiendo, Salí, me cambie y baje a la cocina a preparar el desayuno.

-I'm at a payphone trying to call home
All of my change I've spent it on you
Where are the times gone baby
It's all wrong, we're at the place we made for two

-Yeah, I, I know it's hard to remember
The people we used to be
It's even harder to picture
That you're not here next to me
You said it's too late to make it
But is it too late to try?
And then that time that you wasted
All of our bridges burnt down

-'ve wasted my nights
You turned out the lights
Now I'm paralyzed
Still stucked in that time when we called it love
But even the sun sets in paradise

I'm at a payphone trying to call home
All of my change i've spent on you
Where are the times gone baby
It's all wrong, we're at the place we made for two

-If happy ever after did exist
I would still be holding you like this
And all those fairytales are full of it
One more stupid love song I'll be safe

-You turned your back on tom…-casi muero del susto al girar y ver a Edward parado en la puerta con los brazos cruzados, mirándome

-Me gusta esa música

-¿Que tal amaneciste?

-De mil maravillas cariño, ahora dime ¿en que te ayudo?

-Hmm ya termine ayúdame a poner la mesa- entonces sonó mi celular

Que raro nadie me llamaba a estas horas

-¿si, diga?

-Buenos días Bella– era el coordinador de las brigadas

-Buenos días Damián ¿como estas?

-Muy bien gracias llamaba para comunicarte que tu grupo a sido seleccionado para realizarlas las brigadas en el medio oriente

-De verdad oh que bien, muchas gracias

-Podrías comunicárselo a Edward

-Oh claro que si

-Bueno que tengas un buen día

-Igualmente y gracias nuevamente- al colgar me puse a saltar como Alice

Escuche a Edward reír entonces pare de saltar y me gire, sonreí y corrí a abrazarlo

-Ed nos seleccionaron para ir a las brigadas en el medio oriente –sonrió de lado pero… había algo raro

-Que bueno pequeña –suspire

-¿Que pasa?

-Nada ¿por?

-No quieres ir, ¿verdad?

-¿A donde?

-No quieres ir a las brigadas- no lo pregunte, lo afirme.

-Que por que dices eso

-¿Por qué? Porque lo veo en tu mirada

Y claro que no quería si sus ojos lo delataban, además reflejaba mucha culpabilidad en su rostro, lo cual me confundió mucho.

MPDC 4



Capítulo beteado por:
Annabella Giovannetti, Beta FFTH
CAPITULO 4

Pov Bella
Hoy me levanté muy temprano a pesar de ser sábado, y es que la verdad no cabía de la emoción. Desde que Edward me comentó lo de la campaña me quede sumamente ansiosa.

Flashback
 —Hola, Bella. Saluda al hombre que cumple todos tus sueños y al que de ahora en adelante vas a amar aún más — ¡Oh, por Dios! ¿Qué se fumó esta mañana?
—Ed, ¿estás bien?, ya te he dicho que no fumes esas porquería, es malo para tu salud —él enarcó una ceja; luego frunció el seño, entre enojado y ofendido.
—Quién me manda a estar tratando de ayudar a mis supuestos amigos, ¿quién?, si lo único que recibo son burlas y ofensas… Oh, pero ahora, tú, Bella —me señaló con el dedo—; la que se supone es mi mejor amiga, me tilda de fumar porquerías, algo que ni siquiera Emmett lo había hecho.

Oh, oh. Ahora si que se enojó.

—Lo siento, Eddy.          
—Te he dicho que odio que me digan así.
—Ok, lo siento Edward Anthony Cullen Masen, soy una mejor amiga terrible que no valora la ayuda de su más lindo, inteligente, sensible, caballeroso y dulce mejor amigo; ahora si... ¿me perdonas por favor?

¡Ja! Sabia que funcionaria, nunca fallaba, poco a poco mientras decía esa sarta de cursilerías se fue suavizando su rostro.

—Se te olvido sexy —levanté una ceja y lo miré incrédula.
— ¿De verdad quieres que te diga eso? –-Pregunté.

Él cruzó los brazos y sólo me observó.

—Está bien, me rindo: y mi muy, muy sexy mejor amigo, ¿contento?

Y cómo no si tenía una sonrisota pintada en el rostro.

—Un poquito, pero eso te enseñará a no burlarte de mi —puso una cara de suficiencia.
—Bueno, ya. Basta el drama y dime que me querías decir.
— ¡oh, cierto! Ni adivinas, mira —me extendió una hoja en la que había impreso una página de Internet.
La leí rápidamente, y no lo podía creer. Solo una palabra resaltaba en mi mente, “campaña en contra de la desnutrición en Seattle”, esto podría ser lo que había estado buscando…
Fin de flashback
Así que aquí estoy, junto con Edward, dirigiéndome a Seattle para inscribirnos en las brigadas.
—Sabes, si sigues golpeando el tablero harás un agujero enorme, y ten por seguro que me lo vas a pagar.
Y ahí estaba mi querido amigo como siempre… pero era verdad, recién ahí me di cuenta de lo que estaba haciendo.
—oh… lo siento
—Ja, ja, ja. No pasa nada, cariño, era una broma; pero relájate un poco… ¿si? Estas demasiado ansiosa.
¡Y cómo no! Me moría por salir en las brigadas.
— ¿No sabes hacia donde nos enviaran?
—Nop, ni idea, pero relájate un poquito, por favor ¿si?
—Ok, haré el intento, pero no te prometo nada —él sólo sonrió, y negó con la cabeza
—Ay, mi Bella, nunca vas a cambiar.
Llegamos a Seattle y nos dirigimos a las oficinas del movimiento que realizaba la campaña, al parecer había varios voluntarios interesados por inscribirse. Nos sentamos y esperamos nuestro turno, una vez inscritos, nos dieron indicaciones y nos distribuyeron a varias zonas, nuestra primera tarea la haríamos en Camden en el estado de New Jersey, por ser la primera vez que realizábamos la brigadas nos enviaron cerca, pero al parecer la próxima brigada no seria dentro del país, ¡Eso sonaba estupendo!
Solo esperaba que llegara pronto el miércoles para partir.

ACTUALIDAD
 Saná - Yemen (Medio Oriente) 

En un cuarto muy decadente, estaban cuatro hombres jugando y hablando de sus sucios negocios mientras que un pequeño niño permanecía parado a un lado de la puerta.

—Oye, mocoso. Ve a traer más licor, ¡muévete! —el niño le dio una fría mirada al hombre al que alguna vez tendría que haber llamado padre, asintió y se retiró a traer lo que le mandaban.
Nadie jamás podría pensar que un niño de dos años y medio podría tener resentimiento contra alguien, y mucho menos odio, pero lo que aquel niño tenia alojado en su pequeño corazón no era mas que odio  y rencor puro porque, a excepción de su madre, nunca nadie le había brindado otra osa que no fuesen aquellos sentimientos.
— ¿Quién es ese niño? —Preguntó uno de los hombres.
— Ignórenlo, sólo esta aquí por unos días. Tengo un negocio perfecto para él.
— ¿Qué estas pensando? —Inquirió otro de ellos.
— ¡Ese asunto no te incumbe! —esa respuesta enfureció a aquel hombre.
— ¡Ah, no! Claro que me incumbe, sabes perfectamente que yo encabezo el trafico de niños aquí así que dime de una maldita vez que no me estas traicionando.
—Claro que no, imbécil ¿Qué clase de idiota crees que soy? Se perfectamente como se deben mover las piezas en esta negocio.
— ¿Entonces?, ¿en que estas pensando?
—Como tú sabes, el mocoso es mudo así que no pagarán mucho.
—Tienes razón
—Así es, por lo que he pensado en venderlo a “El Gringo”, ya hablé con él y me dará un muy buen pago.
—Ahora entiendo
— ¿Al gringo? –Preguntó el cuarto hombre, algo aterrado— ¿Estás seguro?, según tengo entendido el niño es tu hijo.
—Claro que no imbécil, ese mocoso no es mi hijo, es un bastardo pero está bajo mi poder y yo haré con él lo que se me de la gana, y si quiero descuartizarlo y venderlo por pedazos pues ¡es mi decisión y de nadie más!, ¿entendido? —el hombre asustado por la furia del otro, sólo asintió.
El niño escuchó todo lo que habían dicho, y sintió unas ganas enormes de salir huyendo de ese lugar de una vez por todas, pero no podía, sabia que si huía jamás volvería a saber de su madre.

MPDC 3



Capítulo beteado por:

Annabella Giovannetti, Beta FFTH

Capítulo 3

UN AÑO ANTES


Saná - Yemen (Medio Oriente)

En el piso de un cuarto muy humilde, en las afueras de Saná, una mujer de 17 años con el cabello castaño, piel clara y ojos verdes, gritaba de dolor. Había roto fuente y se preparaba para traer al mundo a su hija.

— ¡Oh Dios!, arrrgh —Kadri terminaba por fin su trabajo de parto sola, y luego cortó el cordón umbilical.

Ella estaba muy cansada, sin embargo, cargó a su pequeña en sus brazos y la miró con todo el amor que le tenia; era hermosa, tenia una piel algo morenita, su cabello tenían unos risos negros y unas pestañas largas… era el vivo retrato de su padre.

—Amira. Ese será tu nombre, mi pequeña princesita —entonces se dio cuanta que su pequeño de año y ocho meses había entrado, un hermoso niño de cabello castaño, ojos marrones y la piel igual de blanca que la suya.

—Mira Aarón, es una niña preciosa ¿no lo crees?, es tu hermanita y la tienes que proteger siempre contra quien sea, ¿de acuerdo? —lo vio a los ojos y él asintió. Para ser un niño tan pequeñito, era demasiado inteligente; entendía todo lo que le decían y era tan tierno y obediente.

No pudo ella hacer otra cosa que mirarlo con infinita dulzura.

— ¿No quieres acariciarla? —el niño se acercó tímidamente y acarició su mejilla.

La bebé sonrió y él también, era una imagen tan tierna de ver, hasta que se escuchó la puerta de la entrada abrirse con suma brusquedad.

— ¡Oh, no! Aarón, ve a tu cama, es hora de dormir —el niño, con un gran miedo reflejado en la mirada, se retiró pero no fue a su cama, se quedó escondido. Luego él entró, estaba muy borracho.

— ¿Ya nació? ¿No se supone que aun no debería nacer, es que acaso me has engañado?, ¡eres una cualquiera!, ¿acaso creías que no me daría cuenta?, ¡eres una puta, una perdida!, maldita perra.

La golpeó salvajemente, pero ella antes cubrió al bebé y la mantuvo a salvo. La golpeó tanto hasta dejarla inconsciente, apenas con vida, luego, él se acostó a dormir, pero un par de ojos miraba todo; aterrorizado, sin poder mover un solo musculo ni poder gritar si quiera.

El niño vio como él se acostaba y se quedaba dormido. Después se escuchó el llanto de la bebe. Lo cual lo hizo reaccionar y corrió hacia ella, estaba envuelta en unos trapos, así que la arrastró y la sacó de ese lugar tan macabro. La alejó lo más que pudo, tomando en cuenta su escasa fuerza, y trató de calmarla cantando como su madre lo hacia.

—Manita, no, no, iodes, popa vol (hermanita, no, no llores, por favor) —no sabia cómo, pero funcionó su canción y sus ruegos la calmaron, luego fue donde su madre y trató de despertarla sin lastimarla, pero no respondía…

Horas después ella despertó y lo que vio destrozó su corazón, había mucha sangre en el piso, y se dio cuenta que era suya. Buscó desesperadamente a sus bebes pero no encontró nada, solo a su marido profundamente dormido, se desesperó tanto que no sabia qué hacer hasta que escuchó un sollozo debajo de la cama de su hijo,

—Gracias, Dios mío —sus dos bebes estaban acurrucados debajo de la cama, temblando.

Su niño la vio y se soltó llorar.

—Mam —ella lo silenció de inmediato, no quería levantarlo.

Él entendió enseguida y salió de su escondite, ella cargó a la bebe, la alimento, limpió y arropó bien, luego abrazo a sus dos hijos y le pidió perdón en silencio.

Cuando él despertó, se fue directo a la cocina y la encontró cocinando y otra ronda de golpes e insultos cayeron sobre ella, luego se dirigió a donde estaba la bebe y la cargo.

—Esta bastarda ¿de quién es, del doctor nuevo del pueblo o del cantinero? ¡Dime!, maldita zorra.

—Es tuya, mírala, ¡es tu vivo reflejo! Por Dios, mírala —él la observó detenidamente, con su ceño fruncido y luego sonrió

—Así que te crees muy inteligente buscando alguien similar a mi, ¿no? Claro, como con el mocoso se te paso ese detalle ahora eres más cuidadosa en elegir a tus amantes, pero ni creas que esto se quedara así. Esta mocosa no va a vivir mas aquí, se va en ese instante ¿me oíste? —y trató de salir, pero ella se lo impidió

—No, por favor, ella es tuya pero si no me crees, por favor, no lo hagas. Haré cualquier cosa, lo que sea, pero no me la quites por favor te lo suplico.

— ¿Cualquier cosa?

—Sí, lo que tú quieras.

—Está bien, seré misericordioso contigo —luego, una mirada macabra cruzó su rostro e inmediatamente ella supo que había vendido su alma al mismo demonio… pero no le importó, haría lo que fuese por sus hijos…

MPDC 2


Capítulo beteado por Annabella Giovannetti.
Beta FFTH

Capítulo 2



Edward Pov

¡Wow! En dos meses cumpliría cinco años con Tanya, no lo puedo creer. Apenas llevamos 2 años viviendo juntos pero ella es la mujer de mi vida; es una nutrióloga muy hermosa, inteligente, muy cariñosa y muy… buena en la cama.
Jamás pensé que nuestra relación fuese posible porque desde que la vi supe que era una diosa inalcanzable que me atrajo mucho, pero, por un milagro, a ella le guste también, y aquí estamos, con casi cinco años queriéndonos. Soy muy feliz, aunque claro, mi felicidad es completa gracias a mi familia, mis amigos y mi Bella, la que por cierto he notado muy rara últimamente, parece que algo la tiene muy triste, puede ser que esté afectada por su reciente ruptura con el imbécil de James, la verdad es que no entiendo como es que Bella se va a liar con alguien como él. Ella se merece solo lo mejor, nada menos, mi Bella es un ángel caído del cielo… es una persona tan dulce, tierna, sensible, amorosa, bondadosa, ¡Dios podría pasarme horas describiéndola!, la adoro demasiado y por esa razón odio que cualquier imbécil la lastime. Hoy hablaré con ella y aclararé esto de una vez, ¡si ese, o cualquier otro imbécil, perturba su paz y alegría lo pagara muy caro!
Fui a mi consultorio y atendí a mis pacientes, la verdad es que adoraba mi trabajo pero el asunto que tenia con Bella me tenia muy ansioso, así q apenas termine mis consultas fui directo al tercer piso al área de pediatría para ver a mi Bella.
La puerta estaba medio abierta y la vi recogiendo sus cosas de manera distraída y con su ceño fruncido, cosa que no me gustó para nada, así que decidí cambiarle un poquito el genio
— ¡Buu!
—Oye, me asustaste.
—Ja, ja, ja… ese era el plan.
Dios al parecer sí que estaba distraída por lo que sin poder controlarlo solté una carajada, y no podía para de reír. Me observó con los ojos entrecerrados. Oh no me la iba a devolver; eso es seguro.
—Muy gracioso, vamos a ver si te sigues riendo luego de esto —entonces comenzó a hacerme cosquillas, hasta que me fue casi imposible respirar.
—Bas… ta… ja, ja. Por fa… vor, pa… ra, ¡para! Ja, ja… por favor, me rin… doo
Gracias Dios por fin se detuvo.
— ¿Lo ves? No es tan gracioso cuando tú eres la victima —si que suele ser muy vengativa, estaba tratando de respirar normalmente cuando escuche a alguien.
— ¿Ya terminaron de jugar?
—Hola, Tanya. – dijo Bella.
—Hola, Edward, ¿vamos o te quedas? Tengo hambre y mi turno empieza dentro de una hora.
—Hmm, lo siento, Tanya. Necesito hablar con Bella, discúlpame, por favor.
Ella se dio media vuelta y se marchó.
— ¿Qué le pasa? —Pregunto Bella.
—Ni idea. Aunque creo que es debido a que quería hablar sobre algo… Hmm, no lo sé. En fin, tengo que hablar contigo de algo muy serio.
—Claro, dime.
— ¿Qué te parece si vamos a almorzar y lo hablamos mientras comemos? —Seria muy incomodo hablar ahí con ella, además era tarde y sabía que tenía hambre, igual que yo.
—Ok. Entonces vamos al restaurante de siempre.
Nos dirigimos hacia un restaurante que frecuentábamos desde hacia años "Theknibals", y pedimos nuestras ordenes de siempre.
—Bueno, tú dirás —sabia que la única forma que me dijera lo que le pasaba era siendo directo, así que eso hice.
—Sé que odias las indirectas y que me ande por las ramas así que iré directo al grano. En primer lugar quiero que sepas que te conozco como la palma de mi mano así que sé perfectamente cuando te pasa algo… me gustaría que confiaras en mí y me dijeras qué ocurre. Hace unos meses que te noto muy rara; sonríes, pero el brillo que caracteriza tus ojos ya no es el de siempre. Hay algo que te preocupa, cariño, dímelo, por favor...
La vi pensar lo que iba a decir, al parecer se trataba de algo muy delicado… o peor de lo había imaginado.
—Edward, yo… —se quedó callada nuevamente.
—Cariño, ¿no confías en mí? —solo el decirlo me dolió mucho— ¿Qué pasa? Solo quiero ayudarte, pequeña. No me gusta verte mal.
Me vio directo a los ojos y luego inspiró profundamente.
—Edward, en realidad no lo sé muy bien… y no se si lo entiendas. Tengo todo lo que siempre he querido pero, siento que algo me falta, algo que no me deja ser feliz. Dime loca o que me ahogo en un vaso de agua pero, no lo sé… —la verdad, me dejó más confundido que al principio.
—Siempre lo he dicho, las mujeres sí que son complicadas. Pero, créeme, pequeña, tú siempre te has llevado los honores.
Mi miró feo y me reí por su expresión, no quería faltarle al respeto pero estaba realmente nervioso.
—Ja, já. Lo siento, cariño, es que los conflictos internos si que son raros, pero dime ¿desde cuando empezó esto?
—La verdad, no lo sé. Al llegar a casa me siento, muy sola… sé que tengo a mi familia y a ustedes, pero no sé, siento que el tiempo pasa y no he hecho nada que sea verdadero o que tenga un significado real para mi. Sí, tengo un trabajo al que adoro, unos paciente que son mi gran pasión, pero… Adoro a esos niños pero creo que ellos no me necesitan tanto, siento que existen niños que me necesitan más que ellos. Creo que aquí no soy de tanta utilidad como seria en otro lugar —la vi intensamente, no lo podía creer, cuando la comparaba con un ángel era quedarme corto.
¡Esta mujer es maravillosa! agradecí enormemente tenerla junto a mi, y yo pensando que sufría por ese imbécil, mi preciosa Bella jamás terminare de conocer el tamaño y valía de su tierno y dulce corazón.
—Sabes que te adoro, ¿verdad?
Ella solo suspiró.
—Y yo a ti tonto —sonrió, me encantaba su sonrisa un ángel como ella jamás debe dejar de hacerlo, ilumina todo el planeta con ella.
—Siempre supe que eras muy especial, pequeña, y sé que nunca estuve equivocado… pero hagamos algo, por qué no te tomas unas vacaciones o ¡ya sé! ¿Qué te parece escaparnos este sábado por ahí?, ya sabes… ver pelis, comer helado, ir al parque... yo que sé. Así tratamos de buscar una solución entre los dos.
— ¿Ya te dije que te adoro? – fingí pensarlo.
—Pues, creo que no.
—Entonces… lo súper adoro, mi hermano adoptivo favorito.
—Y yo a ti, mi hermanita bipolar.
Y esa es la verdad, la adoraba y haría todo lo posible, y hasta lo imposible, por ayudarla a encontrar lo que le faltaba para verla feliz siempre.
Luego de salir del restaurante fuimos a la casa de Bella y pasamos la tarde juntos hablando de todo y nada a la vez, como lo hacíamos cuando teníamos tiempo libre. Cuando oscureció, me dirigí mi casa, pensando en como ayudar a Bella; entré y me encontré con Tanya sentada, esperándome.
Al parecer estaba de mal genio.
—Hola, preciosa ¿Cómo estas? —Me incliné para besarla, pero se apartó inmediatamente.
¡Rayos, si que estaba de malas!
—Ningún "hola" Edward, ¿se puede saber por qué llegas a esta hora? —vi mi reloj y eran las siete y media, la miré confundido.
— ¿Qué pasa? No son ni las ocho —me envío dardos con la mirada.
— ¿No son ni las ocho? Saliste a las dos de la tarde y llegas recién a casa, ¿dónde estuviste toda la tarde?
¡Oh, no! Aquí vamos otra vez.
— Tanya, en primer lugar, tranquilízate. No he estado haciendo nada malo; pasé toda la tarde charlando con Bella… si no me crees, llama y pregúntale —Al parecer eso la enfureció aun más.
Se dio la vuelta y se marchó a la cocina, obviamente la seguí… no me gustaba que estuviera enojada.
—Preciosa, de verdad, no he estado haciendo nada malo —se giró bruscamente y me vio.
—Mira, yo creo que ya va siendo hora que queden claras tus prioridades —puso las manos en sus caderas
— ¿De que estas hablando Tanya?
—De eso, siempre me dejas para después. Me colocas al final de tu lista de prioridades, si no es tu trabajo es Isabella, o tu familia o tus amigos ¿y yo? ¿Por qué nunca soy tu prioridad? —se llevó las manos al rostro y comenzó a llorar.
Ciertamente, me pareció que exageró un poco, pero detestaba verla así, por lo cual la abrace.
—Lo siento, preciosa. De verdad, lo siento, nunca fue mi intención hacerte sentir así… yo te quiero y mucho,
—Pues al parecer no es suficiente. Llevamos casi cinco años juntos y lo mas lejos a lo que hemos llegado en nuestra relación es a vivir juntos, nunca has dado siquiera indicios de que quieras que lo nuestro sea mas formal, jamás has tocado al menos el tema de casarnos o comprometernos.
—Tanya te voy a ser sincero, no se si estoy listo aun para casarme… pero créeme, te quiero con toda mi alma.
—Siempre es lo mismo. ¿Sabes?, siempre soñé con encontrar a mi príncipe azul, casarme, vivir con él, tener hijos… —se quedó callada.
—De verdad, lo siento. No quiero lastimarte, pero no estoy preparado para serlo aun, tal vez en un futuro cercano…- vi un rayo de esperanza cruzar por sus ojos
— ¿De verdad?
—Sí, quiero estar seguro de que estoy preparado, no antes.
Lo pensó un momento.
—Esta bien, con eso me conformo —su mirada siguió triste, así que la besé con pasión y la llevé a nuestra habitación.
Quería que se relajara y distraerla, sé que suena cruel pero quería que dejara de lado el tema del matrimonio; el cual no me era nada agradable… porque era verdad, no me sentía preparado para dar ese paso.
Me desperté muy temprano, mucho antes que la alarma sonara, y me dirigí a mi mini-hp, estaba buscando algo pero no sabía muy bien que, solo tenia un objetivo en mi cabeza, ayudar a Bella.
Estuve unas dos horas buscando hasta qué… ¡Eureka!
"Se buscan voluntarios para campaña en contra de la desnutrición en Seattle." Genial sabía que eso le encantaría… me moría por contárselo.
Después de eso, me di una ducha y salí directo al hospital.


MPDC 1



Capítulo beteado por Annabella Giovannetti.
Beta FFTH

Capítulo 1


Bella Pov.

De vuelta a la rutina. La verdad no sé como es que mi vida se había vuelto tan monótona y aburrida si se supone que tengo la vida que siempre he deseado. A mis 27 años, tengo el trabajo con el que siempre soñé: ser una pediatra muy reconocida; trabajar con un horario que me deja mucho tiempo libre para dedicarme a mi familia, una que muchos envidiarían. Mi padre era un el respetable jefe de policía; mi madre se encargaba de la casa y era una mujer muy amorosa, ella siempre tenia las palabras justas para hacerme sentir mejor; y mi hermano Emmet, él era una caso aparte. A pesar de ser dos años menor que yo, me dobla la altura; es una persona muy carismática y divertida, la verdad él y yo éramos dos polos opuestos… pero lo amaba con locura. Él era arquitecto.
Además, tenía a mi lado a mis cuatro mejores amigos: Jasper, quien era traumatólogo, Rosalie, quien también era traumatóloga, Alice, quien era endocrinóloga y mi querido amigo, Edward quien era cardiólogo. Todos trabajábamos en el mismo hospital, pero algo me faltaba, la cuestión era que no sabía qué.
Vamos, Bella, tú lo sabes muy bien. Tú sabes lo que necesitas para ser feliz y también sabes que nunca lo tendrás así que olvídalo de una vez…
Argh… ¡maldita conciencia! Pero sabía que tenía razón, yo sabia muy bien lo que necesitaba pero, de igual manera, sabia que lo que quería era imposible de tener.
Entré al hospital y marqué mi clave, luego me dirigí a mi consultorio. Tomé asiento y esperé a que llegara mi primer paciente.
—Buenos días, July —saludé.
—Buenos días, doctora.
—Bueno día, dotola —saludó mi pequeño paciente.
—Hola, Leo ¿Cómo has estado?
—Un poquito malito, me luele —dijo el pequeño de tres años, sorbiéndose la nariz.
Se notaba claramente su malestar, presentaba claros signos de un resfriado algo muy común en esa temporada.
—Hm, pues así parece. July, dime desde hace cuando esta con este malestar general.
—Pues ha estado así desde hace 2 días, doctora.
—Ya veo.
Procedí a revisarlo y, efectivamente, era un resfriado.
—Pues verá, caballerito, usted tiene un resfriado. Así que le recomiendo que tome toda su sopita y los remedios que le va a dar mami, ¿ok?
—Ta bien, dotola —respondió, con una carita triste que me mató.
—Que buen niño, pero tranquilo, hay una parte buena en esto; te voy a recomendar reposo, así que puedes estar en tu camita todo el día y mañana también ¿Qué te parece?
Al parecer le gustó la idea porque inmediatamente se le iluminó el rostro.
— ¿De velda?
—Sí, mi amor.
—Glacias —contestó.
Entonces procedí a hacerle la receta y darle las recomendaciones a su madre.
Así paso toda la mañana, con mis pequeños pacientes todos eran una ternurita y me partía el corazón verlos enfermitos. Los conocía casi a todos porque eran mis pacientes regulares.
Cuando terminé mis consultas, me propuse a recoger mis cosas, entonces…
— ¡Buu! — ¡Demonios!
Estaba tan distraída que me tomó por sorpresa y el culpable casi me mata de un susto.
—Oye, me asustaste.
—Ja, ja, ja… ese era el plan.
El muy sin vergüenza no paraba de reír. Lo observé con los ojos entrecerrados.
—Muy gracioso, vamos a ver si te sigues riendo luego de esto —entonces comencé a hacerle cosquillas hasta que su rostro se tornó muy rojo.
—Bas… ta… ja, ja. Por fa… vor, pa… ra, ¡para! Ja, ja… por favor, me rin… doo
Me detuve.
— ¿Lo ves? No es tan gracioso cuando  eres la victima —me di cuenta de que estaba tratando de respirar normalmente.
Fue ahí cuando observé que no estábamos solos.
— ¿Ya terminaron de jugar?
—Hola, Tanya.
La aludida me dirigió una mirada cargada de odio, la cual, como siempre, no entendí.
—Hola —dijo secamente, y miró hacia donde estaba él.
—Edward, ¿vamos o te quedas? Tengo hambre y mi turno empieza dentro de una hora.
Él la vio por primera vez, su respiración aun estaba un poco irregular.
—Hmm, lo siento, Tanya. Necesito hablar con Bella, discúlpame, por favor.
Ella se dio media vuelta y se marcó, no sin antes enviarme una mirada asesina.
— ¿Qué le pasa? —Pregunté.
Él solo levantó los hombros.
—Ni idea. Aunque creo que es debido a que quería hablar sobre algo… Hmm, no lo sé. En fin, tengo que hablar contigo de algo muy serio.
¡Rayos! Él nuca decía eso, a menos que de verdad fuese algo que le preocupase en sobremanera
—Claro, dime.
— ¿Qué te parece si vamos a almorzar y lo hablamos mientras comemos?
—Ok. Entonces vamos al restaurante de siempre.
Nos dirigimos hacia un restaurante que frecuentábamos desde hacia años "Theknibals", y pedimos nuestras ordenes de siempre.
—Bueno, tú dirás.
—Sé que odias las indirectas y que me ande por las ramas así que iré directo al grano. En primer lugar quiero que sepas que te conozco como la palma de mi mano así que sé perfectamente cuando te pasa algo… me gustaría que confiaras en mí y me dijeras que ocurre. Hace unos meses que te noto muy rara; sonríes, pero el brillo que caracteriza tus ojos ya no es el de siempre. Hay algo que te preocupa, cariño, dímelo, por favor...
¿Para qué negarlo si este hombre me leía el alma con solo mirarme a los ojos? Desde siempre, él conocía todos mis secretos… los más profundos, mis miedos, frustraciones mis penas… todo. De igual manera yo conocía los suyos.
Pero ¿cómo decirle esto? Esto era muy difícil.
—Edward, yo… —quería decir algo, pero la palabras no salían de mi boca.
—Cariño, ¿no confías en mí? —Preguntó, acongojado— ¿Qué pasa? Solo quiero ayudarte, pequeña. No me gusta verte mal.
Decidí dejar a un lado todo conflicto y llenarme de valentía para tratar de aclarar mis sentimientos, sabia que él podría ayudarme.
—Edward, en realidad no lo sé muy bien… y no se si lo entiendas. Tengo todo lo que siempre he querido pero, siento que algo me falta, algo que no me deja ser feliz. Dime loca o que me ahogo en un vaso de agua pero, no lo sé…
—Siempre lo he dicho, las mujeres sí que son complicadas Pero, créeme, pequeña, tú siempre te has llevado los honores.
Lo miré feo, y se echó a reír.
—Ja, ja. Lo siento, cariño, es que los conflictos internos si que son raros, pero dime ¿desde cuando empezó esto?
—La verdad, no lo sé. Al llegar a casa me siento, muy sola… sé que tengo a mi familia y a ustedes, pero no sé, siento que el tiempo pasa y no he hecho nada que sea verdadero o que tenga un significado real para mi. Sí, tengo un trabajo al que adoro, unos paciente que son mi gran pasión, pero… Adoro a esos niños pero creo que ellos no me necesitan tanto, siento que existen niños que me necesitan más que ellos. Creo que aquí no soy de tanta utilidad como seria en otro lugar —levanté mi mirada, y lo vi mirándome intensamente, como analizándome.
—Sabes que te adoro, ¿verdad?
Eso no era lo que esperaba oír. Suspiré.
—Y yo a ti tonto —reí.
—Siempre supe que eras muy especial, pequeña, y sé que nunca estuve equivocado… pero hagamos algo, por qué no te tomas unas vacaciones o ¡ya sé! ¿Qué te parece escaparnos este sábado por ahí?, ya sabes… ver pelis, comer helado, ir al parque... yo que sé. Así tratamos de buscar una solución entre los dos.
— ¿Ya te dije que te adoro?
Lo pensó por un segundo.
—Pues, creo que no.
—Entonces… lo súper adoro, mi hermano adoptivo favorito.
—Y yo a ti, mi hermanita bipolar.
Salimos del restaurante y yo me sentía mucho mejor, hablar con él siempre me calmaba. Desde siempre habíamos tenido esa conexión entre los dos, y me gustaba porque sabía que él me ayudaría con mi conflicto interno.

Mi pedacito de cielo




Mi pedacito de cielo (MPDC)

Los personajes no me pertenecen a mi sino a Stephenie Meyer, solo la historia es mía :D


SUMMARY.


A pesar de que Bella tiene la vida que siempre ha soñado, se siente incompleta, que algo le hace falta para ser feliz. Un día se decide cumplir un sueño más y se va al medio oriente a realizar un año de voluntariado, ¿qué pasará cuando conozca a un precioso niño, al que el destino había hecho sufrir más que a cualquier adulto?...


NOTA: Los primeros capítulos fueron bateados por  Annabella Giovannetti. (Beta FFTH)